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Panorama del INS: Encuentre las diferencias

Publicado: 2009-05-29

En menos de cinco días fui dos veces al Instituto Nacional de Salud (INS) para realizar un par de entrevistas para una crónica sobre la influenza AH1N1 o gripe porcina (denominación incorrecta, pero divertida).

Fueron dos entrevistados, dos temas de fondo, dos actitudes. Podemos decir que bastante opuestas desde la perspectiva en que planteé las preguntas. El primero de ellos fue Martín Yagui, presidente de la Sociedad Peruana de Epidemiología, quien acababa de llegar de México tras cumplir labores de investigación de la epidemia y la prevención del brote.

Le consulté sobre el manejo de la enfermedad por parte del Ministerio de Salud y, sobre todo, del vapuleado Óscar Ugarte, titular del sector. Las críticas principales que este recibió de la prensa fueron su falta de liderazgo, la imprudencia con la que actuó durante los primeros días (emitiendo el anuncio de la primera infectada del país, del cual se retractaría horas después) y la atención prestada a esta gripe –ahora que se conoce que no es tan mortal como se esperaba- en detrimento de problemas como la ola de frío en algunas provincias peruanas. Algunas de sus opiniones:

Técnicamente yo escuché al ministro y lo dijo correctamente. Lo que pasa es que no necesariamente todos los términos médicos lo entienden todos los periodistas (…) Más bien (el ministro) ha sido transparente

Sobre la tuberculosis el Perú ha hecho igual o más en cuanto campañas (que con la gripe), medidas de prevención, control (…)Y la demostración es que hace algunos años la Organización Mundial de la Salud nombró al INS como programa modelo en control de TBC.

Ciertamente, Yagui habló también de la exageración en torno a la AH1N1 y de la (ir)responsabilidad que tienen algunos medios de comunicación de fomentar el pánico y convertir este tema en un elemento distractor, puntos en los cuales coincido con él. Pero sorprende su defensa cerrada al ministro en un hecho que, indudablemente, fue un error. Y sorprende aún más su optimismo sobre la tuberculosis, un mal que algunos llaman la verdadera peste del Perú. Para aclarar las cosas, veamos una postura diferente:

La tuberculosis extremadamente resistente (TB XDR) es una enfermedad que resiste todas las drogas que existen actualmente.

Se ha declarado en más o menos 50 países. Chile tiene un paciente. Argentina tiene dos o tres, Ecuador también. Perú ha encontrado alrededor de 210 casos de TB XDR, lo cual es lamentable y muy grave (…) pues te condena a una muerte lenta, progresiva (…)

En Lima se concentra la mayor parte de contagiados, por la pobreza y el hacinamiento en zonas marginales. (…) Y esas personas no están aisladas. Están contagiando a otras. Están en sus casas, salen a trabajar y se transportan todas las mañanas y las noches.

Hemos dado nuestros informes técnicos, informes, hemos pedido que se declare en emergencia, lo que no le va a costar mucho al estado con la cantidad actual (de contagiados). Pero eso va a ser en un momento insostenible porque se sigue transmitiendo. Hemos tratado de llegar al ministro, al viceministro y todo, pero mientras no sea político o mediáticamente importante, no tiene una respuesta. (…) Yo, la verdad, no sé qué más hacer.

Quien brinda estas afirmaciones es Alberto Mendoza, segundo entrevistado, infectólogo del INS y miembro del comité de TB XDR del Ministerio de Salud. A modo de resumen, habla de una verdadera endemia que ataca al Perú, principalmente a la capital, y de la poca atención prestada por el Gobierno.

Es un tema extenso y preocupante, pero quisiera destacar la diferencia de posturas entre dos funcionarios de la misma institución. Mientras uno apela al respeto apocado para justificar las ineptitudes -sean casuales o intencionales- del Ministerio, el otro muestra una frustración comprensible, pero acompañada de la firmeza para denunciar lo poco que se hace dentro del Estado.

Qué impotencia la que se genera cuando uno descubre las abismales trabas que, estando tan cerca de nosotros, se cubren de tal forma que pierden su existencia visible. Y qué penoso es que estos problemas, mientras son denunciados por unos pocos, se silencien pusilánime y cínicamente por otros. No creo que sea muy complicado hallar las diferencias.


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