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Ilustración de Álvaro Portales:

Alan a Genaro: "¡Dame esos cinco!"

Publicado: 2009-06-03

Ya se ha dicho casi todo sobre el embargo de Panamericana Televisión por parte de la Sunat, pero es imposible mantenerse al margen cuando la libertad de prensa es la que corre peligro. La insolvencia que afectó a la empresa televisora permitió que la entidad tributaria nombrara a Alberto Cabello como administrador del 5, convirtiéndolo –digámoslo crudamente– en un canal estatal, perdón, canal gubernamental, tal como el 7, esa señal que transmite con descaro conferencias de congresistas oficialistas.

El desbarajuste en Panamericana es producto de la corrupción y suciedad de su ex administrador fujimorista, Ernesto Schütz, y de los malos manejos de ese hampón mayor llamado Genaro Delgado Parker. Cuando ambos se peleaban el dominio de la casa televisiva, dividiendo facciones de intereses muy marcados dentro de la prensa y otros grupos de poder, un sorpresivo procedimiento logró que la Sunat se convirtiera en el principal acreedor por una deuda de casi 120 millones de soles.

Si las dos proyecciones de dominio –la de Schütz y la de Delgado Parker– eran aterradoras por sus delincuenciales antecedentes, precoupa aún más la asolapada estatización dentro de un gobierno considerado democrático.

Y lo que en un principio parecía un “ni para ti, ni para mí” entre los ex administradores, ahora es, obviamente, un logro del cual Genaro Delgado Parker debería sentirse orgulloso. La tranquilidad con la cual ha asumido este traspaso no es sospechosa, sino asombrosa y evidentemente conciliadora con la gestión de Alan García. “Ya no tengo ganas de volver a administrar Panamericana”, ha dicho el broadcaster en una entrevista al diario La República. Inusual desinterés que se acentúa con otras declaraciones que se prestan más a la sorna.

…Pienso que estamos viviendo la mejor época de los últimos 50 ó 60 años. Nunca hemos tenido a la vez todos estos factores de libertad: política, de expresión y económica.

… (Alan) García está construyendo el tercer piso del país.

¿Qué es peor? ¿Una dictadura vociferante como la de Hugo Chávez o, repito, la toma silenciosa de un medio como la que se ha hecho con Panamericana? Un planteamiento sobre libertad de expresión, de prensa que concierne a todos y, más aún ahora, una época contextualizada por unas elecciones presidenciales cercanas, quizá de las más importantes y claves de las últimas décadas en el país.


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