Quedé impresionado con la confirmación del pase del futbolista portugués Cristiano Ronaldo al Real Madrid. El club español ha pagado más de 130 millones de dólares al Manchester United inglés para su traspaso. Una suma, para poner un par de ejemplos, que duplica el presupuesto anual del Instituto Peruano del Deporte y que supera ampliamente a los fondos del plan para combatir al narcotráfico y el terrorismo en el VRAE. Y todo porque el tipo mueve rápido las piernas.

No es un discurso de odio al fútbol ni una apología socialista. Es solo un cuestionamiento a cuán millonarias pueden ser estas transacciones en el negocio de los deportes. Y sobre todo, tratándose de una sola persona. Es, en primer lugar, una distorsión exorbitante del valor de un deportista. Se tasa a una persona y se la negocia entre empresas desembocando en un afán de competencia que llega a ser vil y desleal.

Por otro lado, como bien señala un lúcido Michel Platini, se pone en peligro la seguridad financiera de este negocio que comenzó como un juego y que nunca debió convertirse en esta enorme maquinaria comercial que fomenta el desapego al juego limpio, la aparición de las mafias en torno a apuestas y crea una gran brecha y desequilibrio en las competiciones (esto último sería lo más discutible. Solo basta recordar el fracaso de resultados y campeonatos de la anterior constelación de galácticos del mismo Real Madrid).

Haciendo un paralelo, recordaba estas declaraciones del actor Benicio del Toro hace unos días:

“Cuando un actor gana más dinero que un médico, un profesor o un policía, algo marcha mal”

Reconocido simpatizante de izquierdas, a Del Toro no le falta razón y cualquier refutación a lo que dice, por sensata que sea, quiérase o no, sonará egoísta e incómoda. Pensemos en lo invertido no solo en este jugador, sino en todo el Real Madrid, en todos los equipos europeos, en los emergentes clubes del Medio Oriente, o, trascendiendo incluso el fútbol, en las brutales transacciones de la NBA, la Fórmula 1 y otros deportes. Pienso en todos los destinos que podría tener ese dinero y me abrumo. Lo del Madrid y Cristiano Ronaldo es una desigualdad que aterra.

Además, el Barcelona volverá a campeonar de todas formas.